Carta dedicada a los bullies

Para ti agresor,

Todavía me tiembla la mano por el golpe que me diste, pero aún así te escribo esta carta. Te la dedico porque noto que eres una persona necesitada.

Tienes tantas carencias; de discernimiento, de autoestima, de valores, de carácter, de afecto, de amor propio; que necesitas hacer daño para sentirte bien.

¿Puedes ver lo necesitado que estás?

Aunque, por supuesto, tienes en demasía otras tantas cosas. Como por ejemplo tu cobardía, porque me agredes siempre estando en grupo o por la espalda; y si alguien te reclama por tus acciones, las niegas o culpas a otros. Cobarde, tú.

¿Qué más te sobra que yo ya he notado? Es tu inconformidad con tu persona y tu vida. Me apena pensar que estés sufriendo, pero dañar a otros no te hace ni te hará sentir mejor. Equivocado, tú.

Ganarás reputación porque te temerán. Pero jamás tendrás el respeto de alguien porque no sabes respetar. Jamás tendrás el afecto sincero de alguien porque tu dolor fermentado y putrefacto aleja a cualquiera. Miserable, tú.

No controlas tus actos, simplemente reaccionas como si no tuvieras un cerebro racional. Después de tus impulsivas y torpes acciones te escondes tras las faldas y pantalones de quienes te apoyan. Débil, tú.

Cuanto daño te hicieron y cuanto más haces tú a otros. Te vas por el camino fácil, porque lo trabajoso es luchar por mejorar. Perezoso, tú.

De tu boca salen sandeces y calificativos que suenan como disco rayado, y los repites sin cesar y sin notar que nada de eso me describe porque todo únicamente está en tu imaginación enferma. Atormentado, tú.

¿Te das cuenta que te sobra aquello de lo que debes carecer?, y eso que me estoy quedando corta.

¿Ahora sí puedes ver lo necesitado que estás?

Todo se halla en tu mente. Actúas con violencia porque hay algo en tu mente que debe ser atendido. Y en el fondo lo sabes porque sino no te esconderías ni negarías ni te escudarías tras tus acciones cobardes.

Yo soy simplemente como soy; pero como tú estás tan aprisionado e infeliz, me agredes porque no soportas mi libertad.

Yo ilumino con mi luz;  pero como tú no puedes encontrar la tuya, arremetes contra mí para apagarme.

¿Ahora sí puedes ver lo necesitado que estás?

Tú agredes, dañas, destruyes; pero tu violencia solo muestra tu debilidad y poca valía.

A diferencia de ti, yo soy valiente, porque a pesar del temor elijo avanzar; yo construyo, porque a pesar del dolor elijo aportar; yo me amo, porque a pesar del maltrato elijo perdonar.

Yo continuaré en esta vida, o más allá, porque yo soy quien me trazo mis límites; no tú.

Me podrás privar de todo, incluso de mi propia vida, pero yo trascenderé y tú permanecerás en la oscuridad.

¿Eso quieres para ti?

Hay agresor, que empequeñecida persona eres. Pero puedes ser grande y valeroso. Busca en ti ese deseo por cambiar para mejor. Nadie más lo podrá hacer por ti.

Sé luz, no oscuridad.