Te invitamos a leer Celeste ensueño, una re publicación que consideramos muy apropiado hacer por su contenido. Ciertamente, Celeste ensueño es un relato para reflexionar sobre las acciones, y mejorar; si esa es la elección. Pero te alentamos a que tú saques tus propias conclusiones.
¿Pasamos a la lectura?
Relato para reflexionar sobre las acciones
Celeste ensueño
Postrado en una cama de hospital, con tan solo 48 años, quien podría pensar que me encuentro en el final de mis días, abatido por aquel intruso que se alojó en mi estómago y se extendió por mis intestinos. Cáncer lo llaman, para mí es el verdugo de mis acciones.
No puedo dejar de ver a mi alrededor. Esta fría habitación me atormenta con su silencio. No hay nadie… ni esposa, ni hijos, ni amigos. Tengo una exitosa carrera en arquitectura, pero hoy que importa eso. El dinero no va a darme el calor que necesito para abrigar mi alma en estos momentos.
Me siento exhausto mas no logro conciliar el sueño, solo pienso en una persona, Celeste, aquella hija que jamás quise reconocer y aunque me vi obligado a hacerlo; – sí, hasta vergüenza me da admitir que me sentí obligado -; nunca la acaricié ni tuve entre mis brazos. Siempre busqué tenerla al margen de mi vida.
Recuerdos amargos
Hace 24 años, recién había conseguido un puesto en una prestigiosa empresa de la capital, ‘Nouvelle Ville’, y mi carrera se estaba encaminando. Dejé sola a la madre de aquella niña porque nunca la consideré como la mujer idónea para casarme. Nunca quise saber dónde fueron a vivir. Únicamente me limité a girar el pago mensual para la manutención.
Dos años más tarde, me casé con una hermosa mujer, de descendencia italiana, con quien tuve a mi encantadora Alessia.
El tiempo transcurrió, todo marchaba de maravilla entre el hogar y el trabajo.
Nicoletta, mi esposa, estaba esperando a nuestro segundo hijo, Alessia ya tenía 3 años, y yo estaba como gerente de una de las divisiones de la empresa, con una reputación incuestionable salvo aquel pequeño error del pasado.
Sin embargo, el pasado visita al presente si uno no afronta las situaciones en el debido instante, y es que el ‘pasado’ no es pasado si simplemente se olvida un asunto sin dársele solución. Algo que aprendí muy tarde.
El día de mi cumpleaños número 30, recibí la visita de Miranda – madre de Celeste – a quien obviamente no atendí de buen agrado. Pero, no se trató de una visita de camaradería. Es más, ella se encontraba con los ojos llorosos; y como yo quería que se retirase rápido, le pregunté directamente por qué estaba allí.
En respuesta, ella me vio fijamente a los ojos, con una mirada que traspasó mis huesos, y solo recuerdo que dejó caer un papel sobre mi escritorio, diciéndome luego ‘Ya no tienes que preocuparte por Celeste, aquella hija por quien ni preguntas. Mi dulce angelito ya descansa en paz y nunca más va a sufrir por tu rechazo y desamor… Su corazoncito dejó de funcionar’; expresando esto último, Miranda se alejó de mi vida por completo.
Y lamentablemente, no hay falta que se pueda ocultar por siempre.
Días más tarde, Nicoletta se enteró de todo y en su desesperación se fue con mi pequeña Alessia. Ahí los perdí a ellos también.
A Celeste, una enfermedad se la llevó. En el caso de Nicoletta, Alessia y el bebé por nacer, fue un choque el que los arrebató de mí.
Entre el odio y la venganza
Meses después descubrí que el socio que competía conmigo para el cargo de gerente general fue quien puso al descubierto mi secreto. Aquel colega me desgració la vida por un puesto. Me derribó en mi vida personal pero yo lo demolí en el área profesional.
Han pasado muchos años de ello y ahora soy el gerente general de ‘Nouvelle Ville’; aunque en estos momentos, definitivamente, eso no importa nada.
Estoy desahuciado y tengo un enorme vacío en el alma. Por mucho tiempo estuve lleno de odio. Culpé a Miranda por embarazarse; a Celeste por nacer; a Nicoletta por asesinar a mis hijos y a Rodrigo por sacar a la luz mi secreto. Pero, todo partió de una acción mía, en el instante que me enteré que iba a ser padre de Celeste y lleno de desprecio decidí cumplir como proveedor mas no como papá… ¡Qué egoísta e inmaduro fui!
Solo me queda pedir perdón al viento porque los seres a quienes debí retribuir con amor ya no están a mi lado. Cierro los ojos y evoco el rostro de mi dulce Alessia, pero ni eso me he permitido tener de mi Celeste, pues ni siquiera la quise conocer. Solo tengo en mi recuerdo el papel que dejó Miranda sobre mi escritorio, que con la letra de mi primogénita decía ‘Cuídate mucho papito y recuerda que mi amor vale por dos. Estoy cansada y quiero cerrar mis ojitos’.
¡Carajo!, me siento tan miserable por haber herido a seres tan inocentes como fueron mis hijos; destruyendo a mi paso, con mis propias acciones.
¿Qué es eso?, siento que una intensa presión se apodera de mi pecho.
Creo que ha llegado el fin…
Segundas oportunidades
De pronto, abro los ojos y doy un fuerte grito. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en mi departamento. Rápidamente, me acerco al espejo y me reconozco de 24 años. Todo había sido un sueño… No todo. Viene a mi memoria el rostro desencajado de Miranda repitiendo una y otra vez ¡Raúl, el hijo que espero es tuyo!
Ya me había comportado como un cretino, pero aún estaba a tiempo.
¡Aló!… Miranda, perdóname por cómo te traté ayer. Necesito que hablemos.
Siembra para una buena cosecha
Han pasado seis años de aquel extraño sueño y aunque todavía no soy el gerente general de ‘Nouvelle Ville’, me considero uno de los mejores arquitectos. Sin embargo, ese no es mi mayor orgullo sino mi hermosa hija Celeste, fruto de mi relación con Miranda; y mi próximo tesoro por nacer que, si mi esposa me consiente, llamaré Alessia. Llevo una buena relación de amistad con Miranda y nos esforzamos por hacer de Celeste una niña feliz. Y en mi matrimonio que lleva 3 bellos años, mi esposa comprende la complejidad de mi vida, me apoya e impulsa a ser siempre responsable como hombre, padre e hijo. Por mi parte, yo me esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias y retribuir con creces todo el bien que recibo.
Momento para reflexionar
- ¿Qué harías tú si tuvieras una segunda oportunidad?
- ¿Las oportunidades las podemos crear nosotros mismos?
Acabas de leer el artículo Relato para reflexionar sobre las acciones.
De igual modo, te invitamos a visitar nuestra sección Somos EPA, donde podrás acceder a una variedad de publicaciones relacionadas con los ejes del comportamiento humano.
Con nosotros será hasta una próxima oportunidad.
Saludos cordiales.
Buen vivir es vivir saludable
Muchas gracias,
✯Si te gustó la lectura así como el trabajo que venimos realizando, por favor, comenta en la casilla de comentarios y/o comparte en tus redes sociales. Con tu apoyo podremos llegar a más personas.
Reconocimiento
El recurso gráfico empleado en la lectura es de la autoría de Storyset y ha sido descargado de Freepik.





Me encantó esta lectura, que bueno que la encontré en el momento que lo necesitaba.